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Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata
Quería que el 2023 fuese un año de reencuentros para mí, es decir, volver a visitar algunos de los edificios en ruinas más significativos. Ya lo he hecho con algunos como el Convento de San Antonio de Padua en Garrovillas de Alconetar, con la Ermita de San Bartolomé en Talarrubias, la de la Encarnación en Arroyo de San Serván… y esta vez le tocaba el turno al castillo de Trevejo (esa joya) de la que próximamente haré una actualización.

Pero los caminos del patrimonio son a veces misteriosos, y en esta ocasión me conectaron con un edificio que difícilmente se puede describir solamente con palabras: El convento Nuestra Señora de Monteceli, también conocido como convento del Hoyo en Gata (Cáceres).

Me habían hablado mucho de él, de su aislamiento y su belleza, pero precisamente por su lejanía en el territorio nunca había podido visitarlo. Pues bien, ya que estamos en el norte de Cáceres no vamos a desaprovechar la ocasión.

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

Gata es un pueblo precioso del norte de Cáceres, lleno de historia y patrimonio, así que os recomiendo visitar el pueblo antes de iniciar la marcha hacia el convento. Yo así lo hice, y planifiqué una ruta que sabía que no iba a ser demasiado sencilla. Intenté documentarme todo lo posible y pregunté a varios vecinos para no perderme por la multitud de caminos que atraviesan la sierra.

Hay que destacar que el camino a pie es de unos 7 kilómetros (y otros tantos de vuelta) y que la ida puede llegar a hacerse algo tortuosa en un día de calor como el que nos tocó subir. Eso sí merece tanto la pena que lo haría mil y una veces más.

Al documentarme descubrí que mi querido Pascual Madoz ya recogía el convento en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar en el cual decía: conv. estinguido con la advocacion de Ntra. Sra. de Monte cœli, conocido comunmente con el nombre de Convento del Hoyo; dista de la pobl. una leg. al NO., siendo un verdadero desierto cercado de montañas estériles, por cuya razon, y aun dentro del conv., corre una cristalina y abundante fuente; sus aguas daban movimiento á un molino harinero, el cual, asi como el mismo edificio, se hallan casi del todo arruinados; alrededor del conv. hay bastantes castaños, un montecito de alcornoques y robles, y una huerta de bastante estension con algunos morales, nogales, higueras, cipreses, llorones y frutales que la hacen agradable.

Estas palabras las escribe Don Pascual entre 1845 y 1850, así que es una buena toma de contacto para saber cuánto tiempo lleva el edificio en ruinas.

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

Pero antes de describirlo vamos a hablar un poco de su historia. Desde el año 1399, se tiene conocimiento de la existencia de este monasterio. Fue en esa época cuando don Francisco Rodríguez de Villalobos, señor de Gata, permitió al ermitaño Alfonso Rodríguez de Ciudad Rodrigo establecerse en este lugar. En aquel entonces, reinaba Enrique III de Castilla y León.

La construcción actual del monasterio data de la segunda mitad del siglo XVI, cuando se llevó a cabo una renovación con la ayuda de Felipe II y la Orden de Alcántara. Durante esta remodelación se restauró la iglesia conventual, cuyo altar mayor, poseía tallas de gran valor.

Como bien nos hacía pensar Madoz, en un acta del Ayuntamiento de 1839 se menciona que el estado del edificio del convento era lamentable, debido expolio y al hecho de que el ganado dormía en las celdas.

También se produjo un incendio provocado por aquellos que anhelaban encontrar los tesoros que se decía habían dejado ocultos los frailes (como hemos visto ya en otras ocasiones).

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

En cuanto a su estructura, es sencilla pero imponente. El convento poseía una iglesia con una bóveda de cantería, así como celdas y dependencias adaptadas a la vida conventual. La iglesia tiene una planta rectangular, construida con mampostería y sillería. La bóveda de crucería con terceletes en el ábside se podía conocer y disfrutar hasta hace muy poco tiempo (os contaré más adelante).

En el exterior, se pueden observar dos capillas a las que llegaba el Vía Crucis así como muchas otras estructuras muy deterioradas. Entre la bibliografía y la imaginación podemos darnos cuenta de que estas dependencias eran las celdas, el refectorio, la sala capitular y el claustro. Pero también cocinas, almacenes, etc…

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

En cuanto a mi experiencia, es difícil de describir. Lo primero que destaco es el aislamiento total que la comunidad conventual eligió para ubicar el convento. Es un valle frondosísimo en el que se tiene la sensación de estar en medio de la nada.

Lo segundo es lo impresionante que es acercarse al convento tras una larguísima ruta y encontrar los restos del edificio diseminados y devorados por la naturaleza. Es la máxima expresión del romanticismo y de esa estética que amamos la gente que disfrutamos de las ruinas. Pero ojo, también es la máxima expresión de la desidia, del desinterés por el patrimonio y del egoísmo.

Convento Nuestra Señora de Monteceli o Convento del Hoyo en Gata

Pasear por las ruinas del convento es una experiencia incomparable, así como ir descubriendo nuevas dependencias, algunos esgrafiados, detalles arquitectónicos diseminados… Es bastante probable que para mi se convierta en el nuevo caballo de batalla del patrimonio extremeño en ruinas.

Su estado es lamentable en general. Cuando me documenté era consciente de que la bóveda de la iglesia estaba en mal estado, pero cuando llegué ya no había ninguna bóveda, había cedido según me cuentan pocos meses antes. Podéis ver las enormes claves de bóveda en las fotografías. Uno de los arcos de la iglesia está también a punto de ceder, lo que convierte la visita en peligrosa.

La vegetación cumple su función, erosionando y destruyendo las estructuras y evidentemente ocultando gran parte del edificio.

La protección al edificio es inexistente, lo que deja un muy mal sabor de boca. Volví a tener esa sensación tan recurrente por desgracia de que sería la última vez que viese ese convento en pie, así que pasamos horas fotografiándolo y grabando videos.

Poco más me queda por decir, excepto que vayáis a conocer un edificio tan impresionante, y como siempre con el máximo respeto y cuidado.

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4 Comentarios

  • Respuesta
    Pedro Galván Magro
    18/05/2023 at 21:41

    Gracias. Una labor impagable. Lástima que sea una voz en el desierto. Gracias otra vez.

  • Respuesta
    Manuel Rubio
    22/05/2023 at 14:17

    ¡Estupendo reportaje!

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