Ermita del Santo Cristo. Los Ángeles malos de Talaván
Volvemos al norte de la Provincia de Cáceres, para descubrir una zona repleta de cultura, naturaleza y patrimonio.
Nuestra primera parada nos lleva a Talaván, una localidad situada a escasos 30 kilómetros de la capital cacereña, con la que teníamos una deuda desde hace mucho, conocer la Ermita del Santo Cristo y su camposanto.
El lugar es poco conocido, pero divulgadores/as y plataformas, como Samuel Rodríguez de Caminos de Cultura o Hispania Nostra, han dedicado amplias investigaciones sobre el lugar en los últimos años. Con la información previa y el material gráfico que habíamos visualizado sobre la Ermita llegamos a las puertas, por llamarlo de alguna manera, del edificio.
Para ponernos en antecedentes históricos, la ermita de estilo barroco data de 1628, aunque poca documentación sobre ella ha llegado hasta nuestros días. Lo cierto es que en 1790 la ermita ya se encontraba en estado de ruina, y buena parte de ella ya había sido expoliada. En el siglo XIX se comienza a utilizar el edificio y sus aledaños como cementerio del municipio.
Su planta es sencilla, de nave única en dos tramos y posee una capilla mayor con planta prácticamente hexagonal, aunque muy irregular, algo que se refleja al exterior con una bóveda que no consigue ser totalmente semicircular, rematada con un elemento piramidal. Al presbiterio se le une una sencilla sacristía, ahora presidida por una enorme higuera que está derruyendo dos de sus muros.
De la nave ha llegado poco hasta nuestros días y sólo destacan dos arcos divisorios, ya que toda la cubierta de la ermita ha desaparecido.
En cuanto a los materiales, son humildes, predominando el ladrillo y la mampostería tanto al interior como al exterior.
Sin duda lo más significativo es la decoración del templo, ya que la iconografía de sus esgrafiados ha hecho correr ríos de tinta. Destacan los de la capilla mayor, a pesar del deterioro y el vandalismo.
Con la bóveda como protagonista, los motivos centrales de tipo vegetal van derivando en algunos más figurativos. Es aquí donde nos encontramos con los “ángeles malos”, 21 figuras aladas con terribles dentaduras y capirotes. Hay múltiples interpretaciones sobre estos seres monstruosos, más cerca de figuras demoníacas que angelicales. Tal vez almas pecadoras, ligadas con la iconografía más propia de la Inquisición.
Justo debajo de las imágenes de los ángeles encontramos la fecha 15 de marzo de 1628, junto a los elementos de la pasión de cristo, motivos geométricos y la siguiente inscripción: OBLATUS EST QUIA IPSE VOLUIT… ET PECCATA NOSTRA IPSE PORTAVIT (Fue ofrecido porque Él lo quiso, y nuestros pecados Él portó. Isaías, 53)
En el resto de la nave encontramos varias representaciones igualmente curiosas, aunque difíciles de reconocer por la vegetación y el deterioro. Hay dos medallones con retratos humanos, uno de ellos con una figura masculina con un extraño sombrero y una especie de bigotes felinos que le han granjeado el sobrenombre de “el hombre gato”. También figuras de carácter mitológico acompañadas de motivos vegetales.
La ermita se encuentra a escasos metros de la iglesia parroquial, por lo que no está para nada alejada del núcleo urbano. De todas maneras podéis consultar nuestro mapa para llegar sin problemas.
Al llegar nos topamos con la tapia de un recinto pobremente señalizado y cerrado, con sus dos arcos de entrada cegados. El único acceso al lugar es literalmente una pared derruida.
Hablando con sinceridad, la visión con la que nos encontramos es descorazonadora. La totalidad del antiguo cementerio está devorada por la altísima vegetación, por lo que es imposible pasear por él, sólo alcanzamos a ver unas cuantas lápidas diseminadas por el suelo.
El acceso a la capilla se hace a través de una cripta cuyos nichos han sido víctimas del vandalismo y, visualizar el conjunto de la ermita es prácticamente imposible por la maraña de zarzas, malas hierbas e higueras.
Para terminar y a modo de reflexión, cada día me sorprende más la pasividad de las instituciones con su patrimonio. No hablamos ya de restauración o de consolidación, es que ni siquiera se hace una tarea de desbroce para que los y las visitantes puedan al menos tener una visión general del edificio. La ermita se ha convertido casi en lugar de culto por el misterio que algunas personas quieren encontrar en sus motivos iconográficos, por lo que recibe numerosas visitas. ¿No podría ser un foco de atracción para el turismo y para el desarrollo del territorio? ¿No es acaso una oportunidad para el patrimonio de Talaván?
Gracias por leernos como siempre y no dejéis de conocer esta maravilla del patrimonio extremeño.
6 Comentarios
Manuel Sanchez
15/05/2018 at 18:36Hola José Luís. Soy un Talavaniego muy interesado en el tema. He escrito muchas veces a nuestras in – Competentes autoridades de la Junta de Extremadura, en especial al Director General de Patrimonio, antes, directora en la anterior administración. El éxito ha sido perfectamente descriptible, nulo. La incurra, dejadez, abandono…, son iguales en los «hunos» y en los «hotros», que diría don Miguel. Me gustaría poder estar en contacto vía e-mail. Gracias por tu artículo
Arte en Ruinas
16/05/2018 at 09:03Gracias a tí Manuel. Me alegra que desde Talaván haya iniciativas como la tuya.
Desde aquí yo le daré la máxima difusión. El impacto de la visita ha sido enorme y aun no doy crédito al estado en que la encontre.
Un abrazo y todo mi apoyo en cualquier iniciativa.
Maria Pilar Amador Carretero
19/09/2019 at 19:10Buenas noches, José Luis, me une a Talaván el haber estado allí durante tres meses que fueron para mí decisivos e inolvidables. Hoy, unos amigos me ha preguntado si conocía la Ermita del Santo Cristo y de los ángeles malos de Talaván. Ante mi sorpresa me han dado tanto detalles que he decidido investigar sobre el tema. En la búsqueda, me he encontrado con tu excelente artículo. Tienes toda la razón al quejarte de la pasividad de las instituciones ante el deterioro de nuestro patrimonio, en general, y de este talavaniego. Conozco que los jóvenes del pueblo en otro tiempo levantaron un teleclub… Hoy, como entonces, alguien tendría que coger el testigo para entusiasmar a los talavaniegos en la tarea de dejar el lugar presentable, recuperándolo para atracción de los visitantes…Enhorabuena por el artículo. Me ha encantado.
Arte en Ruinas
23/09/2019 at 08:06Buenos días Maria Pilar. Me alegran y emocionan muchísimo tus palabras.
La ermita es un edificio con unas características únicas y es casi impensable que no tenga la visibilidad que merece. Estoy convencido que las personas jóvenes del pueblo encontrarán la manera de ponerlo en valor.
De nuevo mil gracias por tus palabras y te envío un afectuoso saludo.
Paco
19/05/2020 at 21:59Hola José Luis. Gracias en nombre de todos los que amamos y tratamos de preservar el patrimonio. Si necesitas un museólogo para poner en marcha proyectos que permitan proteger nuestra cultura material e inmaterial, interpretarla y ponerla en valor, aquí me tienes. Un abrazo.
Arte en Ruinas
22/05/2020 at 07:34Hola Paco!! Muchísimas gracias por tus palabras, lo tendré muy en cuenta!
Un abrazo!