Ermita de Santa Ana en Trujillo
Esta semana viajamos a la provincia de Cáceres, concretamente a la monumental ciudad de Trujillo.
Trujillo es uno de los centros turísticos más importantes de la región extremeña, con un riquísimo patrimonio protegido y cuidado. Sin embargo, a las afueras de la ciudad encontramos este caso de patrimonio en riesgo.
Hoy nos centramos en la ermita de Santa Ana, situada al sur de la localidad, entre la Autovía de Extremadura E-90 y la carretera nacional V. El templo ha quedado aislado tras un polígono industrial, sin embargo es fácil localizarla, por su tamaño y situación en altura.
Sus orígenes se remontan a 1731 cuando fue erigida por iniciativa de Francisco Laso de la Vega, nombrado Obispo de Plasencia el 4 de agosto de 1721.
Nos encontramos ante una ermita de estructura sencilla, con planta de cruz latina y que llama la atención por sus dimensiones, bastante amplia para los edificios de su tipología.
Al exterior destacan los sólidos contrafuertes de sillería que la sustentan , así como el escudo de los Laso de la Vega. Contaba con una espadaña de granito que no se conserva hoy día in situ, sino en el patio de armas del Castillo de Trujillo.
En el interior, el edificio se articula en una sola nave sobre la que se alza un arco toral de grandes dimensiones que soporta la bóveda de la ermita. En el crucero a modo de rotonda, una cúpula semiesférica sobre pechinas destaca como principal elemento. Se adosan a los muros pilastras de marcado carácter neoclásico.
La cabecera está formada por un arco central de medio punto que alberga una hornacina. A ambos lados se abren sendas estancias, que cumplirian las funciones de sacristía y dependencias administrativas del santero, ambas poseen pequeñas hornacinas con restos de policromía.
También se conservan, aunque en un estado lamentable, restos de policromía en las pechinas y los arcos laterales que sustentan la cúpula. Los materiales de construcción son sencillos pero recios.
El ejército francés saqueó y expolió la ermita durante la guerra de independencia, comenzando ahí su decadencia.
En la actualidad su estado de abandono es total. La ermita ha sufrido todas las calamidades posibles, el fuego, el vandalismo más salvaje y el desinterés por su estado, sin contar la acción destructiva de la naturaleza, como la humedad. La basura y los grafitis inundan el edificio.
A pesar de ello la sólida construcción aguanta dignamente el paso de los años, lo que demuestra que una rehabilitación sería totalmente posible.
No dudéis en hacer un alto en el camino cuando paséis por Trujillo.
3 Comentarios
Manuel Rubio
05/04/2017 at 07:22Tu labor incansable en defensa del patrimonio monumental de Extremadura es muy meritoria. ¡Enhorabuena!.
arteenruinas
05/04/2017 at 07:52Gracias Manuel, lo mismo digo!!!
Los 5 artículos sobre ermitas más leídos - Arte en Ruinas
08/08/2017 at 22:52[…] 3- Ermita de Santa Ana en Trujillo. […]